En menos de medio siglo las comunicaciones han vivido transformaciones aceleradas, desde el popular teléfono de disco con cable curvo, hasta el celular inteligente tipo ‘minicomputadora’, el cual es cada vez más indispensable en la vida de las personas para comunicarse, divertirse, trabajar y almacenar valiosa información. A continuación, realme le cuenta los principales cambios que han transformado los dispositivos móviles a lo que hoy en día tenemos en la palma de nuestras manos:
Baterías antes y ahora
Las baterías de los celulares han cambiado tanto en el tipo de materias primas, como el tiempo de carga y su capacidad de mantener el dispositivo funcionando. La batería del primer celular duraba 10 horas cargando y solo alcanzaba para una llamada telefónica de 20 minutos.
El material usado para la fabricación de este componente fue el Níquel, el cual además de su corta vida útil, presentaba lo que se conoce como el ‘efecto memoria’, que ocurría cuando se recargaba la batería antes de estar completamente descargada, y hacía que la batería recordara su nivel anterior de carga, impidiendo que llegara a su capacidad máxima de retención de energía.
Después de pasar por diferentes modificaciones se llegó al ion-litio que solucionó los inconvenientes de sus antecesores; actualmente, es posible encontrar baterías de gran calidad en dispositivos de entrada como el realme C11, C21Y y el C15; este último con una batería de 6000mAh, que soporta hasta 44 horas de llamadas continuas.
Tiempos de carga
Además, los sistemas de carga rápida han revolucionado el mercado en la última década. Apenas el año pasado, realme lanzó oficialmente la solución de carga flash UltraDART de 125W, que permite cargar por completo una batería de 4000mAh en tan solo 20 minutos. La búsqueda de mayor inmediatez y simplicidad ha llevado a la industria a inclinarse por la carga inalámbrica y realme se unió a esta tendencia con el lanzamiento de MagDart, la carga magnética inalámbrica más rápida del mundo, que permite una carga de 0 a 20% en solo 5 minutos.
Llegar a la fotografía profesional
Hace más de una década el avance de los celulares estaba más relacionado con el hardware que con el software. Se consideraba que la cantidad de megapíxeles -MP- y las pantallas de mayor tamaño mejoraban las fotos. Los primeros dispositivos tenían cámaras que no alcanzaban los 2MP y solo lograban almacenar unas 20 fotos. Sin embargo, algunos de los cambios más importantes de los últimos años han sido la integración de Inteligencia Artificial para mejorar muchas de las funciones de las cámaras, así como la configuración de múltiples lentes para lograr fotos de mayor calidad.
Una investigación de DXOMARK Image Labs asegura que algunos de los puntos clave de esta revolución son: mejores procesadores que complementan el trabajo realizado por los sensores de imagen, mejoras en los mecanismos de estabilización de la imagen gracias al uso de algoritmos más entrenados, el enfoque automático y el uso de lentes duales, complementado con la fotografía computacional que ha permitido por ejemplo optimizar el efecto de profundidad de las imágenes.
La serie 7 de realme es un ejemplo de lo que se puede lograr actualmente, por ejemplo, el realme 7 Pro cuenta con cuatro cámaras, una de ellas de 64MP, con lente ultra gran angular de 8MP que permite capturar grandes escenarios y un Lente macro que facilita la captura de pequeños detalles. Adicionalmente, está dotado de un modo Pro Nightscape para tomar fotos profesionales en la noche.
El protagonismo de las pantallas
Es curioso cómo las pantallas pasaron de ser algo funcional a convertirse en el centro del diseño de los teléfonos móviles. La pantalla del primer celular era un minúsculo rectángulo que tenía el espacio suficiente para 7 dígitos. Hoy los teléfonos de gama media y alta son como pequeños ‘televisores’ de 6 pulgadas para arriba, que permiten seguir eventos deportivos en vivo, ver series, películas o tener una experiencia de juego de la más alta calidad.
Por su parte, las primeras pantallas táctiles funcionaban por presión de los dedos, muy diferente a la detección de movimiento y sensores incluidos en el panel, que operan en los dispositivos actuales.
Durante la primera década de los 2000 se generaron algunos de los avances más importantes como la primera pantalla multitáctil que detecta varios puntos de contacto y permite hacer zoom, el primer teléfono con una pantalla OLED que permite oscuros más profundos y mejor contraste, o las primeras pantallas que podían reproducir videos en resolución 4K.
Actualmente, dispositivos como el realme 7 Pro cuentan pantallas SuperAMOLED de 6,4″, con relación pantalla-cuerpo del 90.8% y el modo Confort Visual, que aportan una gran experiencia visual, con excelentes contrastes. Otros teléfonos inteligentes como el 7i tienen una frecuencia de refresco de 90Hz, lo que significa que la pantalla se actualiza 90 veces por segundo y evita la sensación de ‘parpadeo’, emitiendo así una imagen nítida, suave y con mayor fluidez para ver series o jugar en línea.
Es así como en menos de 50 años los celulares han cambiado la vida de las personas y cada vez están más presentes para facilitar tareas rutinarias en su cotidianidad. Ahora se pueden hacer cosas que hace 40 años eran impensables con un dispositivo móvil, y depende de cada usuario qué tanto provecho pueda sacar de esta poderosa herramienta tecnológica que tiene a su disposición. Como marcador de tendencias en la industria de los dispositivos móviles, realme está comprometido con el desarrollo de tecnologías de punta, a precios realmente asequibles.