La rápida expansión de la banca digital en Colombia abre nuevas oportunidades para la inclusión financiera, pero también exige reforzar de forma urgente los sistemas de seguridad en las transacciones digitales.
Según la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC), en el segundo trimestre de 2025 los canales no presenciales —como internet y banca móvil— representaron el 81,9 % del total de operaciones y el 68,6 % del monto transado del sistema financiero. Por su parte, la Encuesta de Percepción sobre Instrumentos de Pago del Banco de la República (2024) señala que el efectivo continúa siendo el medio predominante para las transacciones cotidianas, concentrando el 77,8 % del número de pagos realizados por los colombianos.
Crecimiento digital y contexto financiero
El crecimiento de los canales digitales de operación bancaria revela que la adopción de servicios financieros sin contacto ha adquirido una participación creciente. Por ejemplo, la SFC resalta que los canales no presenciales ya superan el 80 % de las operaciones.
Sin embargo, el predominio del efectivo muestra que aún no se ha dado una transición completa: la encuesta del Banco de la República indica que cerca del 78 % de las transacciones siguen realizándose en efectivo.
Esta realidad plantea un doble desafío: por un lado, los bancos digitales —conocidos como neobancos— tienen ante sí un enorme potencial de democratización financiera; por otro, enfrentan un entorno de alto riesgo en materia de ciberseguridad, en el que la digitalización exige nuevos estándares de protección.
Principales retos de seguridad para los neobancos
- Gestionan grandes volúmenes de datos sensibles (información personal, contraseñas, medios de pago) por lo que su perfil de riesgo se incrementa.
- Amenazas como phishing, ransomware, hacking y ataques de denegación de servicio (DoS) se vuelven más relevantes.
- Deben equilibrar mecanismos de autenticación robusta con una experiencia de usuario fluida.
- La infraestructura tecnológica (cloud, conectividad, IoT) y el proveedor de servicios externos se convierten en vectores vulnerables que requieren controles específicos.
Cómo afronta estos retos la compañía ALAI Secure
Según José Alberto de Lucas, director técnico de ALAI Secure, la compañía ofrece soluciones adaptadas al sector bancario digital:
- Tarjetas SIM M2M/IoT y SIM multi‐operador para dispositivos PoS/TPV que garantizan conectividad continua y segura.
- Conectividad encriptada, multi‐carrier, con latencias menores a 150 milisegundos, esencial en operaciones financieras en tiempo real.
- Servicio VPN IPSec para cifrar comunicaciones entre extremos, reforzando la privacidad de los datos.
- Monitorización remota y supervisión centralizada de infraestructura que permite mantenimiento y actualizaciones sin interrupción.
- Interoperabilidad segura con pasarelas de pago y aplicaciones móviles, elemento clave para transacciones fluidas y confiables.
“La banca digital no puede limitarse a estar conectada; debe estar conectada de forma segura. Apostar por un partner tecnológico especializado permite a los neobancos reducir riesgos, optimizar costos y garantizar la continuidad de sus operaciones”, afirma José Alberto de Lucas.
La transformación digital de la banca en Colombia es un hecho irreversible. Los bancos digitales ya forman parte de la nueva normalidad financiera. Pero su crecimiento acelerado exige escalar las defensas frente a los delitos digitales y vulnerabilidades tecnológicas. Asociarse con compañías especializadas en ciberseguridad como ALAI Secure no es una opción de lujo: es una condición estratégica para asegurar la confianza del usuario y la estabilidad del sistema financiero digital.

