Durante 2025, la inteligencia artificial acaparó titulares: chatbots capaces de redactar documentos enteros, imágenes generadas en segundos y demostraciones espectaculares que impulsaron la adopción masiva por parte del usuario final.
Sin embargo, de acuerdo con Gustavo Albornoz, Senior Manager de ERP en Netsoft -socio estratégico líder en implementaciones Oracle NetSuite en LATAM-, mientras la atención pública se centraba en lo visible, la transformación más profunda comenzó a gestarse dentro del núcleo operativo. En 2026, esa transformación se materializa: la IA deja de ser un piloto experimental y se convierte en parte nativa del software, abriendo paso al primer gran cambio en décadas sobre cómo interactuamos con los sistemas de gestión empresarial.
Para muestra, los datos de McKinsey que indican que la IA ya está generando impacto cuantificable en las empresas, tales como reducción de costos y aumentos de ingresos superiores al 5% en áreas como cadena de suministro e inventarios. Para los próximos tres años, 67 % de las organizaciones espera incrementar su inversión en IA, tanto en modelos analíticos como generativos.
“El 2026 es el año de la consolidación de la IA y la forma en la que evolucionará la gestión desde un ERP es la muestra perfecta”, señala Gustavo Albornoz. “Lo que vimos en 2025 fue apenas la antesala. Lo realmente disruptivo llegará este año, cuando interactuemos con el ERP en lenguaje natural. Lo que hoy haces navegando menús, mañana podrás pedirlo con una instrucción y de manera conversacional. Empezaremos a ver el verdadero uso de la IA”, agrega.
El especialista de Netsoft ya observa este cambio en la práctica. En los últimos meses, sus equipos han visto cómo funcionalidades conversacionales como Analytics Assistant permiten que directivos pidan información en lenguaje cotidiano —“muéstrame la evolución de ingresos por cliente”, “compárame el margen de este trimestre con el anterior”— y la plataforma responda con gráficos, análisis y explicaciones casi al instante. Esto no sólo acelera la toma de decisiones; democratiza el acceso a la información dentro de la empresa.
Para solidificar lo anterior, Albornoz destaca que se requiere de software que sea capaz de conectarse con distintos modelos y agentes de inteligencia artificial. Como en el caso de AI Connector, una reciente integración de Netsuite, esto permitirá a los equipos utilizar la IA no solo para automatizar tareas sino analizar comportamientos, identificar patrones y sugerir acciones específicas en diversos departamentos, desde logística e inventarios hasta ventas. Los datos conectados permiten alcanzar mayor precisión y multiplican la capacidad de personalización, manteniendo estándares de seguridad y gobernanza necesarios para operar en entornos empresariales complejos.
“Las empresas ya no buscan únicamente reducir tiempos o errores: necesitan anticipar escenarios, reaccionar a cambios de demanda casi en tiempo real y mejorar su capacidad de decisión. Los flujos “agénticos”, las automatizaciones integradas y los análisis conversacionales permiten justamente avanzar hacia esa nueva normalidad. Un ERP con IA no solo acelera la operación; habilita formas inéditas de gestionar crecimiento, resiliencia e innovación”, indica Albornoz.
Lo que se perfila hacia 2026 no es una actualización más del ERP. Es un cambio de paradigma: la transición hacia sistemas de gestión que no se consultan, sino con los que se conversa; que no solo almacenan información, sino que la interpretan; que no solo automatizan tareas, sino que sugieren decisiones. En un entorno donde las organizaciones ya reportan beneficios concretos de la IA, el ERP conversacional será, para muchas empresas, la línea que separa a quienes operan con claridad y velocidad de quienes siguen atrapados en procesos del pasado.
2026 será el año en que el ERP se vuelve conversacional
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