Estadios, arenas, teatros, centros culturales y foros: la Ciudad de México concentra una de las ofertas más amplias y sofisticadas de recintos para espectáculos en vivo en América Latina. Espacios como el Estadio GNP Seguros —distinguido como el mejor estadio para conciertos del mundo— consolidan a la capital como un epicentro global de entretenimiento. Sin embargo, para competir de manera integral en la liga de las grandes capitales culturales, aún falta un ingrediente esencial: infraestructura de conectividad robusta y confiable.
“En eventos masivos, como conciertos, la señal móvil colapsa principalmente por congestión: decenas de miles de usuarios intentan subir fotos, hacer streaming o enviar mensajes al mismo tiempo, saturando las celdas disponibles. A ello se suma que los materiales de los recintos —concreto, acero— atenúan la señal”, explica Eric Aguilar, especialista en telecomunicaciones y cofundador de Aiwifi, plataforma tecnológica que convierte las redes WiFi de espacios físicos en puntos de conexión inteligentes entre marcas y personas.
La ausencia de conectividad no solo afecta la experiencia del asistente: compromete la cobertura mediática espontánea, limita la interacción digital y puede erosionar la reputación del recinto. Hoy los asistentes no solo esperan un espectáculo impecable en el escenario, también exigen una experiencia digital fluida que les permita compartir contenido, transmitir en vivo y mantener comunicación constante.
La relevancia económica del sector lo exige. Conciertos de alto perfil generan derramas multimillonarias: los dos shows de Oasis en septiembre dejaron casi mil millones de pesos en ingresos indirectos para la ciudad, mientras que la gira de Shakira en marzo alcanzó ventas superiores a tres mil 247 millones de pesos, sin contar boletaje. Estos números confirman que los espectáculos en vivo son motores económicos, sociales y turísticos, y requieren estándares internacionales en todos los frentes, incluida la conectividad.
En este contexto, los venues deben evolucionar hacia la integración de redes WiFi cautivas:
- Resuelven la falla recurrente de señal móvil.
- Abren un canal directo de comunicación entre recinto y asistente.
- Permiten capturar datos estratégicos sobre movilidad, hábitos digitales y preferencias.
- Permite personalizar la experiencia del usuario, realizar encuestas y generar un punto de interacción de dos vías.
“Los espacios de retail ya dieron ese paso. Los venues de entretenimiento tienen que hacerlo también. Al ofrecer WiFi cautivo no solo atienden una necesidad crítica del público, también obtienen información valiosa que se traduce en mejores servicios, mayor satisfacción, fidelización y un canal de contacto y digitalización de la interacción con el visitante”, puntualiza Aguilar.
Los datos lo respaldan. De acuerdo con métricas de Aiwifi en centros comerciales, la conectividad impacta directamente en la permanencia de los visitantes:
- Sin conexión: entre 30 y 45 minutos.
- Con WiFi disponible: entre 45 y 70 minutos.
- Con WiFi más oferta de entretenimiento y alimentos: más de 90 minutos.
La conectividad prolonga, enriquece y capitaliza la experiencia del usuario en espacios físicos. Para lograrlo, los recintos deben diseñar una infraestructura integral: capacidad de backhaul suficiente, puntos de acceso distribuidos estratégicamente, protocolos de seguridad que protejan la información del usuario, segmentación de red (público, staff, transmisión) y un portal cautivo claro, personalizado y fácil de usar que sume valor a las marcas patrocinadoras del evento y el evento en sí.
La Ciudad de México ya es referente en infraestructura cultural y de entretenimiento. El siguiente paso para consolidarse como destino top global es cerrar la brecha digital en los venues. La conectividad no es un lujo: es el nuevo estándar de competitividad en la industria del espectáculo.