La capacidad de los dispositivos electrónicos, y en especial de los ordenadores, de manejar archivos, es prácticamente infinita. Dentro de ellos se puede guardar todo tipo de ficheros, pudiendo acceder a ellos cuando se desee, y con la posibilidad de modificarlos, editarlos, o eliminarlos de forma totalmente libre.
Sin embargo, no todo ha cambiado en este nuevo mundo si establecemos una comparación con los archivos a nivel físico que antes existían. Y es que, en tiempos pretéritos, el soporte variaba según el tipo de documento que se quisiese tener. En la actualidad no cambia el soporte, pero sí la especificación de cada uno de ellos.
Es en este punto cuando hay que destacar la importancia de los tipos de archivos para los dispositivos electrónicos. Existen una serie de grandes ramas, en las que se pueden agrupar distintas especificaciones, que varían en algunos detalles mínimos, pero, a la vez, importantes.
Cuatro grandes familias
Los archivos informáticos se pueden dividir en cuatro categorías principales, que serían documentos, imágenes, vídeos y audio. Dentro de cada grupo, hay diferentes formatos.
Archivos de documentos
En este grupo podríamos encontrar desde el PDF (ideal para documentos que no necesitan modificaciones o que hay que rellenar); pasando por el DOC (para el editor de texto Microsoft Word, donde se pueden incluir imágenes y tablas); y terminando por el TXT (texto sin formato, donde no se puede elegir ni tipo de letra ni estilo).
Más allá de esto, se pueden destacar el HTML (lenguaje de marcado para la puesta en marcha de páginas web) o XLS (para archivos relacionados con el programa de tablas Microsoft Excel).
Archivos de imagen
Podríamos referirnos al GIF (imagen estática o animada, ideal para redes sociales), al JPEG o JPG (el formato más común para fotos, con compresión muy eficiente), al PNG (más transparencia y calidad de color, pero ocupando más espacio), SVG (imágenes vectoriales escalables, perfectas para logotipos o gráficos web) y TIFF o TIF (con muy alta calidad, ideal para la impresión).
Archivos de video
A nivel de video, existe una gran variedad. El MP4 es compatible con la mayor parte de dispositivos, por lo que resulta ideal para web; el AVI tiene más calidad, pero es más pesado; el MOV fue creado únicamente para Apple y es bastante útil en la edición de vídeo; el FLV está perdiendo uso; y el AVCHD se usa en videocámaras y se reproduce fácilmente en televisiones.
Archivos de sonido
Centrándonos por último en el audio, también se encuentran varios formatos distintos. Habría que empezar por el M4A, que cuenta con una gran calidad y que se usa en el mundo Apple. También podemos encontrar el MP3, que es la especificación más popular y cuenta con una buena calidad. Además, habría que referirse al WAV, ideal para profesionales de TV o radio, y al FLAC, un formato sin pérdida de alta calidad.
La importancia del formato
Aunque las características propias de cada tipo de archivo explicadas anteriormente pueden parecer menores, para nada es así. Elegir bien es clave para optimizar el rendimiento de cada uno de ellos, ya sea para el uso web o a nivel personal.