En un laboratorio universitario colombiano, un grupo interdisciplinario de investigadores está transformando la forma en la cual se estudian los movimientos humanos. La iniciativa, liderada por la Facultad de Ingeniería de La Fundación Universitaria Compensar (UCompensar), en colaboración con programas como Ingeniería Biomédica, Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Multimedia, Ciencia de Datos y Profesional en Deporte y Actividad Física, tiene como objetivo prevenir lesiones y mejorar el rendimiento físico tanto en atletas como en trabajadores.
El proyecto, titulado Identificación de patrones de movimiento en entornos laborales y deportivos, utiliza tecnología de última generación para analizar con precisión cada gesto técnico de quienes realizan actividades físicas exigentes.
Uno de los grandes avances que ha impulsado esta investigación es la incorporación del traje háptico Teslasuit, una herramienta inteligente que recopila datos biométricos y fisiológicos en tiempo real. Esta tecnología, que hasta ahora no había sido aplicada en otros entornos universitarios del país, se complementa con cámaras optoelectrónicas capaces de captar el movimiento humano con una precisión milimétrica, y con el uso de una cámara Gesell que permite observar y analizar el comportamiento y las emociones del deportista en un entorno controlado.
Estas herramientas utilizadas de manera conjunta, permiten realizar un seguimiento detallado de cada parte del cuerpo en ejecución, brindando información crucial para corregir errores técnicos antes de que se conviertan en lesiones, un problema que afecta al 60 % de los deportistas universitarios en Colombia, según un estudio de la Universidad Nacional.
La historia de Isis: una pesista bajo la lupa de la ciencia
Uno de los casos que ha impulsado esta línea de investigación es el de Isis Ladino, una joven deportista de 19 años, quien se inició en el levantamiento de pesas por pura curiosidad. Con el tiempo, su compromiso y disciplina la llevaron a formar parte de la escuela de formación Cundeportes Funza, donde hoy entrena bajo la supervisión de entrenadores y científicos que analizan sus rutinas con herramientas tecnológicas avanzadas.
Gracias al uso del traje y los sensores corporales, el equipo ha logrado observar detalles que escapan al ojo humano, como la rotación sutil de un pie, el desplazamiento de una rodilla o una pérdida de estabilidad durante un arranque. “Muchas veces como entrenadores no alcanzamos a visualizar ciertos momentos biomecánicos que son muy específicos. Estas ayudas permiten detectar con claridad esos errores no forzados y evitar que el deportista los repita”, explica su entrenadora, Viviana Espejo Romero.
“El gesto técnico que Isis realiza en cada levantamiento ha sido descompuesto, analizado y reconstruido por los investigadores para entregarle retroalimentación detallada. Así, no solo se optimiza su rendimiento deportivo, sino que se extiende su vida competitiva como atleta. Este enfoque, que combina ciencia aplicada con vocación pedagógica, es también un ejemplo de cómo la tecnología puede estar al servicio del cuerpo humano, sin reemplazarlo”, afirma Paola Andrea Mejía, líder Programa Ingeniería Biomédica.
Más allá del deporte: prevenir riesgos laborales desde la academia
El alcance de la investigación no se limita al mundo deportivo. En paralelo, el grupo ha empezado a trabajar con un Consorcio de servicios empresariales, donde han monitoreado a operarios logísticos en sus jornadas. A través de visitas al campo, grabaciones y uso del traje háptico, han identificado patrones de movimiento repetitivos que podrían generar trastornos musculoesqueléticos y lesiones laborales a largo plazo. La información recolectada servirá para diseñar protocolos de prevención, capacitación, modelos de inteligencia artificial y mejora de las condiciones ergonómicas en entornos laborales.
Esta mirada integral le da un nuevo sentido al modelo universidad-empresa de UCompensar, pues no se trata solo de producir conocimiento, sino de transferirlo para generar bienestar. “Queremos que la tecnología que hoy usamos con un deportista también se aplique para cuidar a quienes, en sus trabajos, levantan peso a diario y están expuestos a lesiones”, explicó Jeysson Riaño, Docente de Ciencias de Datos.
Finalmente, además de las líneas de análisis técnico, el equipo está explorando nuevas posibilidades como la creación de simuladores para entrenamiento físico controlado, el uso de retroalimentación en tiempo real mediante estímulos eléctricos musculares, y el desarrollo de herramientas de inteligencia artificial que evalúen, almacenen y comparen la evolución técnica de cada persona a lo largo del tiempo. Todo esto se piensa desde una perspectiva de servicio, con el propósito de abrir estos espacios a deportistas de ligas, clubes o simplemente personas que deseen conocer y mejorar su técnica.