La modernización de sistemas y plataformas es hoy un factor decisivo para garantizar la resiliencia y continuidad de las organizaciones. En el Perú, aún el 59.71% de usuarios utiliza Windows 10 y el 39.29% Windows 11, según StatCounter. Esta transición tecnológica ofrece a las organizaciones la posibilidad de mejorar la eficiencia, elevar sus estándares de seguridad y alinearse con las tendencias globales.
Amenazas crecientes en sectores críticos
En el marco del mes de la ciberseguridad, Siemens destaca que, actualmente, las ciberamenazas se han vuelto más sofisticadas y afectan directamente la continuidad de sectores estratégicos. De acuerdo con ESET Latinoamérica, industrias como gobierno, finanzas y manufactura/infraestructura crítica se encuentran entre las más golpeadas por incidentes en la región. La CEPAL, por su parte, advierte que en países como Perú, Chile, Colombia, Argentina y Ecuador, los ataques apuntan especialmente a sistemas y logística esenciales, comprometiendo cadenas de suministro y la seguridad de las personas.
En el ámbito local, el Sistema Informático de Denuncias Policiales (Sidpol) reportó en 2024 un incremento cercano al 40% en denuncias por delitos cibernéticos, y solo en los primeros meses de 2025 ya se registraron 6 mil casos. El impacto económico es significativo: en 2024 se reportaron 90 millones de soles robados en Lima Metropolitana, y hasta marzo de 2025, más de 3 millones de soles a través de estafas digitales.
Consecuencias de la desactualización tecnológica
Según Alfredo Rolando, Digital Industries Cybersecurity Manager de Siemens Sudamérica sin Brasil y Head of IT en Siemens Chile, “la gestión proactiva del ciclo de vida del hardware es esencial. La falta de evaluaciones periódicas deja a la infraestructura expuesta a vulnerabilidades que se magnifican ante un panorama de amenazas en constante evolución”.
Bajo este escenario, los entornos industriales con software o hardware desactualizados pierden capacidades críticas como detectar intrusiones, monitorear redes esenciales o recibir alertas en tiempo real. Entre los riesgos más relevantes destacan:
- Paralización de operaciones. Un ataque exitoso puede detener la producción y afectar cadenas de suministro. Según el IBM Cost of a Data Breach Report 2025, los compromisos en la cadena de suministro son el segundo vector de ataque más frecuente y generan un costo promedio de USD 4.91 millones por incidente.
- Impacto económico directo. El costo promedio global asociado a la respuesta post-incidente y a la remediación de filtraciones de datos alcanza los USD 1.34 millones.
- Compromiso de activos críticos. Información sensible, propiedad intelectual y datos operativos pueden ser robados o destruidos, afectando la competitividad y reputación de las organizaciones.
- Riesgos para la seguridad física. En sectores críticos, una intrusión puede derivar en accidentes graves: desde la paralización de trenes o aviones, hasta fallas en equipos médicos como respiradores o monitores cardíacos.
- Daño reputacional y legal. Filtraciones y paralizaciones deterioran la confianza de clientes e inversionistas. En Perú, las infracciones a la Ley N° 29733 de Protección de Datos Personales implican sanciones de entre 0,5 y hasta 100 UIT, además de indemnizaciones por daños.
Estrategias para una actualización segura y eficiente
Con el fin de acompañar a las organizaciones en una transición tecnológica fluida, Siemens recomienda:
- Inventario y evaluación de activos. Identificar qué equipos son compatibles y cuáles deben reemplazarse.
- Respaldo robusto de datos. La implementación de respaldos contundentes de todos los archivos es crucial. Esto simplificará los procedimientos de restauración y minimizará el riesgo de pérdida de información durante la transición.
- Pruebas exhaustivas de compatibilidad. Antes de una implementación masiva, resulta esencial validar rigurosamente la compatibilidad de las aplicaciones críticas y garantizar la continuidad operativa. El uso de gemelos digitales permite simular la actualización en un entorno controlado, identificando y corrigiendo posibles impactos sobre los sistemas de control y producción, sin interrumpir ni poner en riesgo la operación real.
Estas medidas deben complementarse con un enfoque de defensa en profundidad, que contemple evaluaciones periódicas de riesgo, la adopción de estándares internacionales como ISO 27001 e IEC 62443 y la aplicación de lineamientos de buenas prácticas en entornos corporativos e industriales. Asimismo, la capacitación continua de los equipos técnicos y el uso de tecnologías como Edge e IoT —capaces de capturar, procesar y gestionar datos de forma más segura— resultan fundamentales para fortalecer la resiliencia organizacional.
Un llamado a la acción estratégica
Actualizar infraestructuras no debe considerarse solo una respuesta a la evolución tecnológica, sino una decisión estratégica con impacto directo en la competitividad, la seguridad y la sostenibilidad de las empresas. Aquellas organizaciones que actúen hoy no solo protegerán sus operaciones frente a vulnerabilidades inminentes, sino que también construirán infraestructuras ágiles y preparadas para capitalizar las oportunidades del entorno digital.