Desde finales de la década de los noventa se nos dijo que la tecnología ayudaría a conectarnos como sociedad, a democratizar el conocimiento y romper diversas barreras globales. Hasta cierto punto fue así, sin embargo, conforme más innovaciones se presentan el panorama parece inclinarse más hacía una desigualdad.
“La tecnología siempre se ha desarrollado de diferentes maneras en todo el mundo. Muchos usuarios en Asia y África pasaron directamente a los teléfonos inteligentes sin usar portátiles, y esto ha llevado a más plataformas mobilefirst en esos mercados”, comenta Juan Camilo Suarez, Ceo de Dentsu Media. “Sin embargo, a pesar de las diferencias regionales, durante las últimas dos décadas ha habido un impulso global hacia una mayor conectividad y acceso a los servicios digitales, el cual se encuentra en riesgo con las últimas tendencias tecnológicas”
De acuerdo con el Informe “2025 Media Trends” de Dentsu, aunque el mundo nunca ha estado tan conectado como hoy, las plataformas tecnológicas y los reguladores están involucrados en aspectos legales y reputacionales intensos, defendiendo lo que ven como sus intereses legítimos y tratando de influir en la opinión pública a su favor.
Tecnología vs Intereses Políticos
Las crecientes investigaciones antimonopolio, las directivas de privacidad, las preocupaciones de seguridad nacional, las leyes de encriptación y las regulaciones para frenar las emisiones de carbono en todo el mundo chocan con el modo de operar globalmente de las plataformas. Por ejemplo, la Autoridad Nacional de Protección de Datos de Brasil suspendió recientemente la validez de la política de privacidad de Meta relativa al uso de datos personales para el entrenamiento de la inteligencia artificial generativa.
De acuerdo con Andrés Castillo, CMO de Dentsu Media: “Esto llevará a las plataformas a ofrecer versiones más locales de sus productos, lo que conlleva a las empresas a operar en un panorama cada vez más incierto. De ahí que cualquier compañía analice modernamente el panorama antes de tomar cualquier decisión en cuanto a inversión en el país”.
La Inteligencia Artificial como generador de desigualdad
Todos están sorprendidos con las capacidades de la IA, considerándola de acceso libre y capaz de reconfigurar el sistema mundial. Nada más alejado de la realidad ya que, las funciones que los dispositivos brindan pueden variar mucho por región.
El ejemplo más claro en la última década son los smartphones, capaces de realizar funciones similares, aunque con diferencias en la velocidad y calidad de imagen. Ahora, las nuevas funciones de IA traen cambios importantes, ya que requieren un nivel de potencia computacional que solo los semiconductores de los dispositivos de gama alta pueden manejar.
Actualmente el caso más conocido es Apple Intelligence puesto que, su compatibilidad con versiones anteriores esta limitada o no existirá. Un tema que puede resultar insignificante, pero que resalta como la IA no está siendo completamente democrática. Esto explica porque solo el 43% de los encuestados en el Informe de Dentsu están de acuerdo en que es probable que la IA ayude a crear un mundo igualitario.
Pagos adicionales por la información
Muchos crecieron en una época donde el acceso a la información y las noticias era brindado por los medios de comunicación, no obstante, esto está presentando cambios alarmantes, debido a que ahora las grandes editoriales buscan monetizar su contenido. Por ejemplo, el New York Times ha trasladado su podcast a un portal de pago.
“Los medios de comunicación viven tiempos de cambio y actúan de acuerdo con las circunstancias del mercado. Algo que también las empresas están empezando a hacer y donde pueden volverse importante para las personas. En esta situación podrían patrocinar diferentes contenidos para dejarlo de acceso libre”, comenta Juan Camilo. “No es de extrañar que en el futuro las personas empiecen a ver en las empresas un actor más grande en la sociedad que aquel que brinda un producto o servicio”.