El 2025 cierra como uno de los años más determinantes en la evolución tecnológica del país. La Inteligencia Artificial dejó de ser un soporte digital para convertirse en un componente estructural de los principales sectores económicos de Colombia, modificando la operación de todos los mercados como servicios financieros, retail, logística, seguros, salud y educación.
A nivel regional, las mediciones multilaterales avalan este salto. De acuerdo con la tercera edición del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA 2025) publicado por la CEPAL, Colombia se posiciona entre los cuatro países pioneros en capacidades de IA en la región. El país alcanzó 67,29 puntos en Adopción y 76,01 en Gobernanza, consolidando políticas sólidas, despliegue efectivo y marcos responsables para el uso de IA.
El informe también destaca el crecimiento acelerado del talento nacional: Colombia obtuvo 100 puntos en el subindicador de formación en IA, con una demanda de cursos cinco veces superior al promedio regional. Además, figura entre los cuatro países con una infraestructura robusta de centros de datos, un elemento clave para escalar servicios avanzados y sostener ecosistemas digitales complejos.“Este fue el año en que la IA dejó de ser una promesa para convertirse en un componente estructural de los mercados. El país mostró una madurez que se refleja en indicadores, inversión y talento”, afirmó Matías Umaschi, CEO de Payana.
La intervención tecnológica marca el pulso del cierre de año
Los análisis sobre transformación productiva, monitoreados por entidades como el DANE, muestran un incremento sostenido en digitalización, automatización y uso de modelos predictivos en actividades económicas. La intervención tecnológica dejó de centrarse solo en eficiencia y pasó a constituirse como un factor decisivo en competitividad, continuidad operativa y control de riesgos.
En este avance, actores tecnológicos especializados en automatización financiera con inteligencia artificial, como Payana, aportaron capacidades para acelerar la adopción de sistemas autónomos de gestión, fortalecer la trazabilidad de operaciones y reducir los márgenes de error humano en flujos de alto volumen. La adopción de IA en finanzas, particularmente, permitió cerrar el año con procesos más rápidos, confiables y precisos, a la vez que multiplicó la productividad de los equipos al liberar carga operativa y permitirles enfocarse en tareas de mayor valor estratégico.
“El 2025 demostró que la IA no desplaza mercados, los reorganiza. Las empresas que la adoptaron cerraron el año con mejores resultados y una operación mucho más estratégica”, agregó Umaschi.
La IA como blindaje operativo para 2026
De cara al próximo año, la inteligencia artificial se consolida como el principal blindaje operativo para las áreas financieras y de cumplimiento. En Colombia, diferentes estudios empresariales, incluyendo encuestas de transformación digital del MinTIC, la ANDI y el DANE, muestran una tendencia clara: un número creciente de compañías planea aumentar de forma sustancial su inversión en automatización e IA durante 2026.
Los rangos de inversión proyectados se ubican entre el 1 % y el 15 % del presupuesto anual, priorizando tecnologías como IA generativa, conciliación continua, analítica avanzada, gobierno del dato y sistemas inteligentes de gestión de riesgos. Este impulso responde a un entorno donde la trazabilidad, la integridad transaccional y los controles permanentes dejaron de ser diferenciales para convertirse en un estándar mínimo, en un país que avanza aceleradamente en madurez digital, interoperabilidad pública y exigencias normativas más estrictas.
En este escenario, Payana, la plataforma de IA es capaz de ejecutar el ciclo financiero de punta a punta, validación de información, registro, pagos, coordinación de flujos y conciliaciones, garantizando precisión, continuidad y control integral. Al combinar autonomía operativa con análisis inteligente, las organizaciones pueden llegar al próximo año con mayor resiliencia, velocidad de respuesta y una capacidad superior de adaptación frente a entornos regulatorios más dinámicos y exigentes.
El 2026 no será el año en que la automatización avance: será el año en que la automatización se vuelva ineludible. Las organizaciones que adopten IA no solo acelerarán sus operaciones; redefinirán su capacidad para competir, porque en el nuevo orden financiero la velocidad ya no es ventaja: es condición de supervivencia.

