Según un informe del Financial Times, China ha prohibido el uso de chips de Intel y AMD en los ordenadores del gobierno. Se espera que esta decisión, cuyo objetivo es reducir la dependencia de la tecnología extranjera e impulsar la producción nacional de semiconductores, tenga implicaciones de gran alcance para la industria tecnológica mundial y las relaciones geopolíticas. El gobierno chino ha ordenado a los proveedores de ordenadores personales que sustituyan las CPU extranjeras por alternativas nacionales en todos los ordenadores públicos en los próximos dos años. Esta directiva forma parte de una estrategia más amplia de China para lograr la autosuficiencia en tecnologías críticas y reducir su vulnerabilidad ante posibles interrupciones de la cadena de suministro o tensiones geopolíticas. Es probable que la prohibición de los chips de Intel y AMD afecte significativamente a las dos empresas, ya que China representa un mercado sustancial para sus productos.
Sin embargo, la medida también representa una oportunidad para que fabricantes chinos de semiconductores como Loongson y Sunway amplíen su cuota de mercado y aceleren el desarrollo de sus tecnologías de chips de nueva generación. Al reducir su dependencia de la tecnología extranjera, China pretende reforzar su posición en el panorama tecnológico mundial y mitigar los riesgos asociados a posibles sanciones o controles a la exportación. A medida que China impulsa su autosuficiencia en semiconductores, es probable que la industria tecnológica mundial experimente un cambio en las cadenas de suministro y una mayor competencia por parte de los fabricantes chinos. Esta evolución también puede llevar a otros países a reevaluar su dependencia de la tecnología extranjera e invertir en capacidades de producción nacionales, lo que podría dar lugar a un mercado tecnológico mundial más fragmentado y competitivo.
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