NVIDIA y AMD han están acelerando sus programas de producción y envío de tarjetas de video de próxima generación, compitiendo para superar los inminentes aranceles de la administración Trump que podrían inflar los precios hasta en un 60%. Las empresas están priorizando la entrega a los almacenes de Estados Unidos antes del 20 de enero, cuando se supone que entrarán en vigor las nuevas medidas comerciales. Este cronograma agresivo representa una desviación significativa de las estrategias tradicionales de implementación de GPU, que generalmente mantienen tasas de producción controladas durante las fases iniciales de fabricación. El impulso urgente tiene como objetivo proteger tanto los precios al consumidor como los márgenes de ganancia, con los fabricantes rompiendo con su enfoque habitual de suministro conservador para garantizar que el inventario máximo llegue a las costas estadounidenses antes de la fecha límite de los aranceles. NVIDIA está impulsando los envíos de su serie GeForce RTX 50 de próxima generación, mientras que AMD está ocupada con la serie Radeon RX 9000.
El impacto de estos aranceles podría remodelar los precios del mercado de las GPU, con productos emblemáticos como la GeForce RTX 5090 de NVIDIA que podrían ver aumentos de precios de los rumoreados 1.799 dólares a aproximadamente 2.500 dólares. Siguiendo movimientos similares de Microsoft, Dell y HP, esta prisa estratégica por vencer la implementación de aranceles muestra la respuesta del sector tecnológico a la evolución de las políticas comerciales. Estas subidas de precios podrían desencadenar un aumento en el mercado secundario de GPU, ya que los consumidores buscan opciones más asequibles. Si bien los fabricantes trabajan para proteger a los clientes de los impactos inmediatos en los precios a través de la acumulación de existencias antes de los aranceles, las perspectivas a largo plazo para los precios y la disponibilidad de las GPU siguen siendo inciertas a medida que la industria se adapta a estas nuevas dinámicas comerciales. El aumento drástico de los precios dará lugar a una rápida caída de la demanda, por lo que la cadena de suministro está trabajando horas extras para evaluar y abordar el posible problema de las tarifas.